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La vida real en la Caverna |
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Entre la realidad y la percepción.
La Historia del Conocimiento es realmente La Historia del Desconocimiento.
A lo largo de su evolución, la especie humana se ha dedicado a desmantelar
las creencias de sus antecesores con un total y absoluto desprecio hacia
las tradiciones, que convierten en meras representaciones folklóricas de la
ignorancia pasada. Toda Concepción del Mundo está pues destinada al fracaso;
lo que hoy se nos presenta como evidente mañana no lo será, como mucho se
considerará una aproximación a lo real.
Dice Platón que el hombre se encuentra encadenado dentro de una caverna,
imposibilitado de mirar hacia atrás ; fuera se desarrolla la vida y la luz de
una hoguera produce sombras que se proyectan en el interior. Para quien está
encadenado, esas sombras son la realidad.
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La Caverna
Partiendo de este principio y de el teatro de sombras y las pantallas de cine,
he desarrollado esta instalación que tiene la cualidad de involucrar al
espectador ya que este necesitará moverse a través de el durante su vida
cotidiana.
Su estructura estaría formada por diferentes pantallas que se
colocarían en todo el vestíbulo a modo de pasillos o caminos que el espectador
se verá obligado a elegir; estas pantallas estarían iluminadas por focos; los
focos producirían sombras sobre las pantallas y sobre la pared. Aquellos que se
movieran por diferentes pasillos solo tendrían una visión distorsionada del
otro.
No tendrá un apoyo sonoro, ya que este distraería a los personajes de sus
propios pensamientos, distraería al espectador del espacio y probablemente
crearí9a una situación de disgusto a los trabajadores del centro, el único
apoyo sonoro serán los propios ruidos generados por la actividad cotidiana.
El público deberá descubrir por si mismo esas distorsiones, es por ello que
considero que no se deben dar explicaciones aclaratorias, todo tipo de
explicaciones tendrán un carácter meramente poético. De darse una
explicación, esta se podría hacer el día de la clausura.
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La vida dentro de la Caverna
Los individuos que viven en la caverna desarrollan en ella muy diferentes
actividades, unas son productivas, otras sociales, otras lúdicas, otras
festivas, etcétera.
Nuestra caverna no es una excepción. Tanto los trabajadores del centro,
como los alumnos o visitantes se van a ver implicados al trastocarse su espacio
de acción. A algunos les producirá desconcierto, a otros incitación al juego,
a muchos fastidio.
Pero este espacio admite la posibilidad de que se realicen en él otras
actividades paralelas utilizando su estructura. Se podrían realizar
representaciones de teatro de sombra, en las que no quedara claramente definida
la localización del escenario, juegos de identificación de personas, bailes
grupales, proyecciones sobre diferentes pantallas, debates caóticos en los que
no viéramos las facciones a nuestro interlocutor, exposiciones esporádicas de
elementos que produjeran interferencias. Los habitantes de la caverna seguro que
aportarán sus propias ideas.
Aunque el montaje en si no tiene un apoyo sonoro, estas actividades puntuales si
pueden tenerlo.
Estas actividades, sin embargo, creo que no deben tener lugar el día de la
inauguración. Este día simplemente la presentación del espacio y el anuncio
de las posibles actividades que se pudieran realizar en él.
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El proyecto de La vida real en la Caverna, lo concebí después de
una conversación que mantuve con Eduardo San Pedro en 1996, entonces
coordinador de exposiciones del C.S.C. El Soto de Móstoles, Madrid, España. Él
en todo momento apoyó el proyecto e incluso me animó a desarrollarlo, siendo
suya la idea de realizar actividades aprovechando el espacio. Por
razones burocráticas y presupuestarias no se realizó. Finalmente realicé en
el mismo espacio una exposición casi convencional que se llamó Cinco
mujeres junto a los restos de la caverna.
Para este proyecto diseñé un posible catálogo que se basaba en las transparencias.
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El catálogo
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· Idea, dirección y desarrollo: Antonio Alvarado. 1996.
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· Para asuntos relacionados con la adquisición, comunicación o uso
de la obra de Antonio Alvarado: Contactar con el autor.
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