La vida real en la Caverna

© Antonio Alvarado

Entre la realidad y la percepción.

La Historia del Conocimiento es realmente La Historia del Desconocimiento.

A lo largo de su evolución, la especie humana se ha dedicado a desmantelar las creencias de sus antecesores con un total y absoluto desprecio hacia  las tradiciones, que convierten en meras representaciones folklóricas de la ignorancia pasada. Toda Concepción del Mundo está pues destinada al fracaso; lo que hoy se nos presenta como evidente mañana no lo será, como mucho se considerará una aproximación a lo real.

Dice Platón que el hombre se encuentra encadenado dentro de una caverna, imposibilitado de mirar hacia atrás ; fuera se desarrolla la vida y la luz de una hoguera produce sombras que se proyectan en el interior. Para quien está encadenado, esas sombras son la realidad.
La Caverna

Partiendo de este principio y de el teatro de sombras y las pantallas de cine, he desarrollado esta instalación que tiene la cualidad de involucrar al espectador ya que este necesitará moverse a través de el durante su vida cotidiana.

Su estructura estaría formada por diferentes pantallas que se colocarían en todo el vestíbulo a modo de pasillos o caminos que el espectador se verá obligado a elegir; estas pantallas estarían iluminadas por focos; los focos producirían sombras sobre las pantallas y sobre la pared. Aquellos que se movieran por diferentes pasillos solo tendrían una visión distorsionada del otro.

No tendrá un apoyo sonoro, ya que este distraería a los personajes de sus propios pensamientos, distraería al espectador del espacio y probablemente crearí9a una situación de disgusto a los trabajadores del centro, el único apoyo sonoro serán los propios ruidos generados por la actividad cotidiana.

El público deberá descubrir por si mismo esas distorsiones, es por ello que considero que no se deben dar explicaciones aclaratorias, todo tipo  de explicaciones tendrán un carácter meramente poético. De darse una explicación, esta se podría hacer el día de la clausura. 
La vida dentro de la Caverna

Los individuos que viven en la caverna desarrollan en ella muy diferentes actividades, unas son productivas, otras sociales, otras lúdicas, otras festivas, etcétera.

Nuestra caverna no es una excepción. Tanto los trabajadores del centro, como los alumnos o visitantes se van a ver implicados al trastocarse su espacio de acción. A algunos les producirá desconcierto, a otros incitación al juego, a muchos fastidio.

Pero este espacio admite la posibilidad de que se realicen en él otras actividades paralelas utilizando su estructura. Se podrían realizar representaciones de teatro de sombra, en las que no quedara claramente definida la localización del escenario, juegos de identificación de personas, bailes grupales, proyecciones sobre diferentes pantallas, debates caóticos en los que no viéramos las facciones a nuestro interlocutor, exposiciones esporádicas de elementos que produjeran interferencias. Los habitantes de la caverna seguro que aportarán sus propias ideas.

Aunque el montaje en si no tiene un apoyo sonoro, estas actividades puntuales si pueden tenerlo.

Estas actividades, sin embargo, creo que no deben tener lugar el día de la inauguración. Este día simplemente la presentación del espacio y el anuncio de las posibles actividades que se pudieran realizar en él. 
El proyecto de La vida real en la Caverna, lo concebí después de una conversación que mantuve con Eduardo San Pedro en 1996, entonces coordinador de exposiciones del C.S.C. El Soto de Móstoles, Madrid, España. Él en todo momento apoyó el proyecto e incluso me animó a desarrollarlo, siendo suya la idea de realizar actividades aprovechando el espacio. Por razones burocráticas y presupuestarias no se realizó. Finalmente realicé en el mismo espacio una exposición casi convencional que se llamó Cinco mujeres junto a los restos de la caverna.



Para este proyecto diseñé un posible catálogo que se basaba en las transparencias.
El catálogo
· Idea, dirección y desarrollo: Antonio Alvarado. 1996. 
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