LOS ROSTROS INTERMITENTES DE ANTONIO ALVARADO José González Ortiz 
Lanza. 22de Noviembre de 1992. C.Real. España.

Una nueva muestra de arte se cuelga en el Museo Elisa Cendrero, en esta ocasión del artista residente en Madrid, Antonio Alvarado.

La colección la integran veinte trabajos recientes, que nos sirven a modo de síntesis para adentrarnos y calibrar la pintura urbana del pintor madrileño, que ahora se exhibe en Ciudad Real.

Sus trabajos nos evocan y están en línea directa con el nuevo realismo, ya postulado en décadas pasadas, pero que aun vigente , nos depara nuevas derivaciones o guadianescas afloraciones plásticas.

Alvarado posee varios registros en su concepción pictórica de la realidad. Su exposición la conforman obras sobre soportes verticales, en lienzo, tablex, cartón..., y cuatro instalaciones dentro de lo que podríamos definir como escultu-pintura.

Utiliza el acrílico, el polimetacrilato y el papel japonés en sus composiciones, en las que diversos parámetros estilísticos entran en juego.

Su obra es a modo de un refundido de diversas tendencias propias de este siglo. Realismo personal del autor que es fruto del mestizaje entre lo expresionista (de origen) y lo conceptual.

Así en su obra concurren diversos elementos de distinta naturaleza, agrupados armoniosamente en un puzzle-cuadro, en imágenes o visualizaciones propias de la vigente plástica generación tecnológica a la que Alvarado pertenece.

Por un lado, la obra de pequeño formato está fragmentada en diversos planos, sobre los que Alvarado ha desplegado sus ideas o imágenes puramente simbólicas. La policromía -al igual que en el resto de la obra_ está velada mediante una trama de papel japonés (fibra de algodón) a modo de tenue película que parcialmente desvanece los colores, líneas y significados y por otro lado armoniza los distintos ingredientes que constituyen su creación. 

Hay algo que se oculta y aparece. Alvarado hace un tímido juego de transparencias..., de planos.

De la misma forma, los matices que provoca el polimetracrilato rayado y opaco, que apenas deja entrever la policromía que subyace bajo él. Este material plástico, entra a formar  parte  de  sus   composiciones.   Unas   veces  como

soportes sobre los que pinta o graba y en otras, actuando a modo de elemento transparente o de textura. Materia propia de nuestra era, incorporada  por Alvarado ( así como tornillos, hilos, etiquetas, papel de embalajes...) que pone o incorpora la nota de modernidad, a las propuestas del Pop Art (Popular Contemporáneo) de los 60, o lo que se ha venido en llamar Nuevo Realismo. 

En la totalidad de sus obras aparecen rostros de mujer o figuras perfectamente delimitadas. Son rostros apenas visibles o muy marcados, en aptitud serena o relativo optimismo que entra en el doble juego de aparecer/desaparecer, sonreírnos, escrutarnos..., Alvarado se inspira en el lenguaje de los  carteles  de  aquellas  firmas  comerciales  que recurren a las señas de bienestar propias de la modernidad, y que son  los ingredientes recurrentes de la tecnología de la imagen.

Por otro lado, algunos elementos geométricos como triángulos, o la silueta de un cochecito o una copa o plato aislado, pone la nota simbólica en sus realizaciones.

Incorpora en esta muestra cuatro instalaciones, utilizando la madera, el polimetacrilado y la pintura acrílica. Obras tridimensionales o planas, cuyo lenguaje, aún guardando coherencia con la exposición, posee un valor marcadamente conceptual.

Destaca en esta línea "Pequeño Diluvio Universal" (acrílico/papel/madera) donde se esfuman e insinúan, distintos motivos gráficos e ingenuos.

El realismo Pop de Antonio Alvarado posee originalidad y frescura. Su muestra plástica con raíces en los 60 e ingredientes de los 80, es una sucesión equilibrada, armoniosa de sugerencias e ideas estéticas.

Son rostros intermitentes. Imágenes que se transparentan en el tiempo..., quizás las huellas esfumadas que vamos dejando atrás, pero que de vez en cuando se materializan delante de nuestros ojos, en cualquier lugar, posiblemente en el esconchón de una pared o una esquina, en los carteles despellejados en una valla, en los espejos vacilantes de una lámina de metacrilato y por supuesto en las realizaciones pictóricas de Antonio Alvarado.

Critíca realizada con motivo de la exposición
PINTURAS
Museo Elisa Cendrero
Ciudad Real
España
17 a 28 de Noviembre de 1992