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Esta exposición dio lugar, entre otras, a los siguientes criticas:
LA MUJER EN LA PINTURA URBANA DE ANTONIO ALVARADO · P. Muñoz
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La Tribuna. Ciudad Real. España. 18 de Noviembre de 1992·
El museo Elisa Cendrero acoge desde ayer la exposición de pintura del artista madrileño Antonio Alvarado.
Integran la muestra una veintena de obras, la mayoría de ellas de gran formato.
Alvarado, que expone sus trabajos por primera vez en nuestra ciudad, presenta una pintura de vanguardia que
puede encuadrarse dentro del realismo pop, así como tres instalaciones (escultura-pintura), muy conceptualistas
con ciertos matices estructuralistas. El artista, con estas composiciones tridimensionales rompe con la obra tradicional.
En la mayoría de sus trabajos utiliza láminas de polimetacrilato de metilo, que forman parte de su obra como elemento
plástico pictórico.
En casi todos sus cuadros está presente la figuración humana; pueden verse rostros, figuras veladas y fugaces,
que se transparentan sobre el propio soporte, sin que apenas se reflejen en el cuadro. El artista plasma rostros
enigmáticos de mujeres que sonríen, sugieren cierta problemática social. En definitiva la obra de Alvarado, en
la que destacan los tonos suaves bien armonizados, es una pintura, fresca, muy urbana que refleja nuestra época.
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LOS ROSTROS INTERMITENTES DE ANTONIO ALVARADO · José González Ortiz
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Lanza. Ciudad Real. 22 de Noviembre de 1992. C.Real. España·
Una nueva muestra de arte se cuelga en el Museo Elisa Cendrero, en esta ocasión del artista residente en Madrid,
Antonio Alvarado.
La colección la integran veinte trabajos recientes, que nos sirven a modo de síntesis para adentrarnos y calibrar
la pintura urbana del pintor madrileño, que ahora se exhibe en Ciudad Real.
Sus trabajos nos evocan y están en línea directa con el nuevo realismo, ya postulado en décadas pasadas, pero que
aun vigente , nos depara nuevas derivaciones o guadianescas afloraciones plásticas.
Alvarado posee varios registros en su concepción pictórica de la realidad. Su exposición la conforman obras sobre
soportes verticales, en lienzo, tablex, cartón..., y cuatro instalaciones dentro de lo que podríamos definir como
escultu-pintura.
Utiliza el acrílico, el polimetacrilato y el papel japonés en sus composiciones, en las que diversos parámetros
estilísticos entran en juego.
Su obra es a modo de un refundido de diversas tendencias propias de este siglo. Realismo personal del autor que
es fruto del mestizaje entre lo expresionista (de origen) y lo conceptual.
Así en su obra concurren diversos elementos de distinta naturaleza, agrupados armoniosamente en un puzzle-cuadro,
en imágenes o visualizaciones propias de la vigente plástica generación tecnológica a la que Alvarado pertenece.
Por un lado, la obra de pequeño formato está fragmentada en diversos planos, sobre los que Alvarado ha desplegado sus
ideas o imágenes puramente simbólicas. La policromía -al igual que en el resto de la obra_ está velada mediante una
trama de papel japonés (fibra de algodón) a modo de tenue película que parcialmente desvanece los colores, líneas y
significados y por otro lado armoniza los distintos ingredientes que constituyen su creación.
Hay algo que se oculta y aparece. Alvarado hace un tímido juego de transparencias..., de planos.
De la misma forma, los matices que provoca el polimetracrilato rayado y opaco, queapenas deja entrever la policromía
que subyace bajo él. Este material pástico, entra a formar parte de sus composiciones. Unas veces como
soportes sobre los que pinta o graba y en otras, actuando a modo de elemento transparente o de textura.
Materia propia de nuestra era, incorporada por Alvarado ( así como tornillos, hilos, etiquetas, papel de embalajes...) que
pone o incorpora la nota de modernidad, a las propuestas del Pop Art (Popular Contemporáneo) de los 60, o lo que se
ha venido en llamar Nuevo Realismo.
En la totalidad de sus obras aparecen rostros de mujer o figuras perfectamente delimitadas. Son rostros apenas visibles
o muy marcados, en aptitud serena o relativo optimismo que entra en el doble juego de aparecer/desaparecer, sonreírnos,
escrutarnos..., Alvarado se inspira en el lenguaje de los carteles de aquellas firmas comerciales quer ecurren a
las señas de bienestar propias de la modernidad, y que son los ingredientes recurrentes de la tecnología de la imagen.
Por otro lado, algunos elementos geométricos como triángulos, o la silueta de un cochecito o una copa o plato aislado,
pone la nota simbólica en sus realizaciones.
Incorpora en esta muestra cuatro instalaciones, utilizando la madera, el polimetacrilado y la pintura acrílica. Obras
tridimensionales o planas, cuyo lenguaje, aún guardando coherencia con la exposición, posee un valor marcadamente
conceptual.
Destaca en esta línea "Pequeño Diluvio Universal" (acrílico/papel/madera) donde se esfuman e insinúan, distintos
motivos gráficos e ingenuos.
El realismo Pop de Antonio Alvarado posee originalidad y frescura. Su muestra plástica con raíces en los 60 e ingredientes
de los 80, es una sucesión equilibrada, armoniosa de sugerencias e ideas estéticas.
Son rostros intermitentes. Imágenes que se transparentan en el tiempo..., quizás las huellas esfumadas que vamos dejando
atrás, pero que de vez en cuando se materializan delante de nuestros ojos, en cualquier lugar, posiblemente en el
esconchón de una pared o una esquina, en los carteles despellejados en una valla, en los espejos vacilantes de una lámina
de metacrilato y por supuesto en las realizaciones pictóricas de Antonio Alvarado.
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