Contra la curvatura

© Antonio Alvarado

En Contra la curvatura planteo una paradoja geométrica como puede ser el espacio curvo. Juego y solo juego, sin querer crear doctrina, con la ambigüedad recta-curva. Tiene su continuidad en las instalaciones Continuidad en el paisaje y Enmarcación del paisaje, realizadas para la exposición Conexiones, y su contrapunto en la exposición Curvaturas que realicé en 2003.
Se complementó, el día de la inauguración, con la acción Sumidero, un espacio para el resentimiento; manual de usuario.

la proximidad de las estrellas y de los planetas distorsiona el espacio, curvándolo
elementos de nuestra vida cotidiana distorsionan la realidad, confundiéndola
contra estos elementos curvadores de la existencia, construyo estos espacios.

CSC Caleidoscopio.
Avenida Carlos V, 3.
Febrero 2001.
Móstoles, Madrid, España.

Sala Acuarela.
Junio 2001.
Calle La Bomba 16.
Badajoz, España.


  Ir a la exposición Curvaturas

  Ir a la exposición Conexiones

  Ir a la acción Sumidero, un espacio para el resentimiento; manual de usuario
 
Curvolineal
Aerosol / hierro /
madera.
102 x 300 x 32.
Espaciolineal.
Hierro / aerosol.
300 x 200.
Vínculo de agua.
Plástico / aerosol.
100 x 5 x 100.
La curvatura del agua.
Papel / plástico / aerosol.
150 x 150 cms.
Sumidero celeste.
Tecnica mixta.
Medida variable.
 
La evolución de la mirada.
Madera / Hierro / acrílico.
26 x 26 x 147 cms
Los caminos de la mirada.
Madera / hierro / aerosol.
130 X 70 X 110 cms
Cruce de caminos.
Madera / acrílico.
74 x 109 x 6 cms
 
Esta exposición recibió, entre otras, la siguiente crítica:

ANTONIO ALVARADO: CONTRA LA CURVATURA · Juan Antonio Tinte.
El Punto de las Artes. nº 602. 23 de febrero al 1 de marzo de 2001

Un mismo tema como argumanto único en el momento de abordar la articulación de una muestra, sitúa al autor ante el complejo juego de lo reiterativo. por otro lado, si la línea de reflexión queda definida en el punto exacto donde la matemática converge con ese paso posterior donde ésta se hace inhaprensible para ser pensamiento subjetivo y no sujeto a ley, el asunto adquiere dimensiones de naturaleza infinita. Los elementos que llegan a conformarla, no se entienden sin la cadena que vincula a uno y otro. La obra es parte del todo igual que lo terreno es parte o proyección sombría del cosmos.

En este sentido trabaja Antonio Alvarado; un autor que a lo largo de su carrera ha llevado siempre a visualizar la filosofía en formas, que presentó su primera individual en Madrid durante 1988, para mas tarde hacerlo sin descanso en Toledo, La Rioja, Cantabria, Extremadura...; es la suya una obra que a lo largo de los años ha visto la luz en diversos soportes: pintura, escultura, instalación, páginas web...

Así, la muestra que ahora presenta en el Centro Cultural Caleidoscopio, sobre el que interviene con obra en madera, acero, plásticos, papel, aluminio y color, se nos propone como un canal de pureza metodológica, para la alternancia de consideraciones en lo introspectivo y lo estético.

Se trata de una exposición que podríamos denominar "coral". Cada componente mantiene su autonomía formal, depende de unos planteamientos concretos y estructurales en los que se valora la capacidad de los materiales para hilvanar conceptualmente con el proceso de gestación compositiva, no dudando para ello en utilizar matrices de origen industrial y uso común con los que elaborar referencias de trama simbólica. La línea no es solo en esta muestra compromiso constitutivo, sino punto de arranque en tanto que dimensión mínima. La línea recta y la curva coinciden en sus respectivas singularidades omitiendose mutuamente en su propia significación.

Pero ante todo, nos llama la atención en esta muestra la capacidad del autor para la consecución de un gran escenario donde todo queda concatenado, remitiendonos continuamente a un mismo prólogo aun cuando existe en esta obra la multiplicidad de puntos de vista y de situaciones, de estratos dimensionales y formas de argumentar interrelación entre la luz y la sombra, entre lo esencialy su proyección.